Un entorno académico ideal podría definirse como aquel que acompaña y prepara a los estudiantes para su futura vida profesional, al mismo tiempo que contribuye a su desarrollo personal y su bienestar. Claro que, para eso, hay que considerar diversos factores que influyen en la forma en que los alumnos perciben y vivencian su educación.
¿Cuáles son y cómo se logra un clima académico saludable en este contexto?A las múltiples causas que se ponen en juego en el bienestar de los alumnos, hoy se suma el particular contexto que generó la pandemia de la COVID-19: la dificultad para interactuar de forma tradicional con amigos y familiares puede ser un desencadenante de estrés.
Por eso, el acompañamiento que las instituciones brinden a sus alumnos se vuelve más imprescindible que nunca. En tiempos de educación online, recurrir a herramientas que consigan tender puentes resulta esencial. Entonces, ¿cómo generar cercanía?
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El bienestar de los estudiantes en esta nueva normalidad – aunque se debería tener en cuenta estos factores siempre– se sustenta en cuatro pilares fundamentales:
Esos cuatro factores están interrelacionados entre sí y para abarcarlos a todos integralmente son indispensables las tecnologías de la información y de la comunicación. Además, los profesores deben estar a las alturas de las competencias virtuales requeridas para la educación a distancia y con un permanente contacto que permita responder a las nuevas necesidades de los alumnos, para que puedan aprender, informarse, comunicarse y divertirse.
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(Fuente: IESALC-UNESCO) |
Soluciones como videollamadas, acompañamiento virtual, plataformas y aplicaciones que permitieron sortear los desafíos de las clases no presenciales llegaron para quedarse.
Los retos que impuso la pandemia terminan convirtiéndose en oportunidades para comenzar un verdadero camino hacia la educación del futuro. El contexto ha acelerado la incorporación de las tecnologías al ámbito académico, por lo que los estudiantes se benefician de los conocimientos y las habilidades del mundo digital.
A su vez, la nueva realidad maximiza la formación continua de las competencias digitales de los profesores. Por eso, con la meta puesta en una mejor calidad de vida para todos, un aprendizaje académico orientado a la habilitación e inclusión digital de los estudiantes y docentes ¡es la clave!
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(Fuente: Cátedra de Cultura de Paz y Educación de la Universidad Técnica Particular de Loja, Ecuador) |
De este modo, la integración de las herramientas tecnológicas aparece como una cuestión prioritaria para cualquier institución educativa. De hecho, la innovación es la mejor manera de potenciar los cuatro pilares de los que hablábamos antes, dado que implica una mayor llegada, sin límites ni fronteras.
En estos tiempos de incertidumbre y con cambios tan drásticos, acercar un mensaje de confianza y hacerles vivir un aprendizaje positivo, constante y gratificante resulta de vital importancia para el desarrollo, la seguridad y el bienestar de los estudiantes.
Todo eso, sin descuidar la promoción de las actividades recreativas y artísticas, porque es crucial fomentar la interacción: los alumnos con confianza en sí mismos son más creativos, proactivos, curiosos y resilientes. Y estas son las bases de su futuro como profesionales, eso es lo que nos enseña esta nueva realidad.
¿Cómo brindar educación de calidad con las herramientas que brinda la tecnología?
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